DÍA 1: HOYA DE LA MORA – REFUGIO DE LA CALDERA
Partimos desde la Hoya de la Mora o Albergues (punto 0) hacia el sur, en sentido ascendente, pasando cerca del monumento dedicado a la Virgen de las Nieves, y siguiendo la Loma de Cauchiles después.
Transcurridas unas 2 horas y media desde nuestra partida, llegaremos a las Posiciones, lugar desde el que podremos asomarnos al Corral del Veleta y contemplar las vertientes norte del Cerro de los Machos y del Picacho del Veleta. A partir de aquí (punto 1) seguiremos el trazado de la antigua carretera Granada-Alpujarra, convertida ahora en una estrecha pista de esquí que recorre a media ladera la vertiente oeste del Veleta. Tras vernos obligados a cruzar otras pistas de esquí en sentido transversal (extremando las precauciones para evitar que los esquiadores choquen contra nosotros), llegaremos a La Carihuela (punto 2) y a su refugio-vivac.
Existe la posibilidad de que el Refugio-vivac de La Carihuela se encuentre parcial o totalmente cubierto por la nieve debido a su posición, a sotavento, la cual favorece que dicha circunstancia se produzca ante excepcionales nevadas.
Una vez sobrepasada La Carihuela, dejaremos atrás la estación de esquí para adentrarnos en la solitaria vertiente sur de la sierra. Desde el collado tendremos que descender hasta alcanzar la base del primer escalón rocoso que se sitúa por debajo. Nos encontraremos entonces en los Vasares del Veleta por los que discurre la traza de la antigua carretera Granada-Alpujarra, la cual probablemente no veremos, al encontrarse completamente cubierta de nieve. A partir de aquí iremos a media ladera, en dirección este, notando como, poco a poco, la pendiente decrece y nuestro entorno se amplia. A nuestra izquierda, podremos contemplar la agreste cara sur del Veleta. Más adelante, dependiendo de las condiciones que presente el Paso de Los Machos (punto 3), podremos optar por continuar a media ladera y atravesarlo, o, por el contrario, descender unos 200 metros, alcanzar la hoya situada en la base de la vertiente sur del Cerro de Los Machos y recorrer dicha vaguada hasta llegar a la Puerta o el Portillo de Río Seco (punto 4).
El Paso de Los Machos, denominado así por los montañeros, es un corto paso que puede presentar importantes pendientes que deben recorrerse tanto lateral como frontalmente (en sentido descendente). Dada la importante exposición a la caída que el paso puede presentar (en caso de existir nieve dura o hielo), es preferible evitarlo.
Otra circunstancia que puede animarnos a atravesar la vaguada en lugar de recorrer a media ladera la vertiente sur del Cerro de Los Machos, es la posibilidad de que se produzcan aludes o desprendimientos en dicho lugar (tras un temporal, al encontrarse la ladera orientada al sur, pueden desprenderse piedras y/o fragmentos de hielo desde su parte superior).
La Puerta o el Portillo de Río Seco es el resultado del tallado ejecutado en su día sobre la roca para facilitar el trazado de la antigua carretera. Una vez traspasado este punto, nos encontraremos en la cabecera del valle de Río Seco, un gran circo de origen glaciar flanqueado por los Raspones de Río Seco (al oeste), por los Crestones de Río Seco (al norte) y por Loma Pelá (al este), hacia la cual nos dirigiremos.
En este punto se nos presentan de nuevo varias alternativas. Si las condiciones son de nieve dura o de hielo y no tenemos constancia de la existencia de huella entre Loma Pelá (punto 5) y el Refugio-vivac de La Caldera (punto 6), hay niebla o existe riesgo de aludes, lo aconsejable es no subir a Loma Pelá y continuar a media ladera en dirección sur, pasando junto al Refugio de Villa Vientos y rodeando la loma por el sur hasta llegar al Refugio-vivac de La Caldera. Por el contrario, si las condiciones son favorables, y nos sentimos confiados, subiremos a Loma Pelá (punto 5), y, desde allí, recorreremos lateralmente, en paulatino descenso, la entre moderada y fuerte pendiente de la vertiente norte de la profunda hoya en la que se sitúa la Laguna de La Caldera. Una tercera opción consiste en dirigirnos hacia la derecha una vez hayamos alcanzado Loma Pelá (punto 5), remontando el más alto de los promontorios situados sobre la misma. Una vez situados sobre el promontorio, buscaremos la forma más cómoda y menos pronunciada de bajar la ladera oeste de Loma Pelá, siguiendo una evidente vaguada. De un modo u otro, una vez revasada Loma Pelá, habremos llegado a La Caldera, en cuyo refugio-vivac (punto 6) pernoctaremos.
El Refugio-vivac de La Caldera (punto 6) cuenta con bancos y una mesa, así como con dos literas corridas, una baja y otra alta, sobre las que pueden dormir entre 15 y 20 personas. Este refugio es muy utilizado por aquellos montañeros que, accediendo al mismo desde Capileira (Hoya del Portillo, Refugio del Poqueira…), pretenden ascender al Mulhacén a través de su cara oeste (siguiendo la vía normal), o a través de su cara norte (bajo condiciones invernales). Es por ello que podríamos encontrar el refugio bastante lleno a nuestra llegada, viéndonos obligados a dormir sobre la mesa, sobre los bancos, o, incluso, sobre el suelo, el cual podría encontrarse encharcado. Ante dicha perspectiva (sobre todo en puentes o en época de vacaciones), lo recomendable es portear tiendas de campaña.
DÍA 2: REFUGIO DE LA CALDERA-MULHACÉN-TREVÉLEZ
El segundo día de nuestra travesía partiremos desde el Refugio-vivac de La Caldera (punto 6) en dirección a la cima del Mulhacén. Para ello tendremos que remontar unos 400 metros de desnivel a través de su vertiente oeste. En esta subida es frecuente encontrar hielo, sobre todo en la parte final de la misma debido a su exposición al viento.
Una vez alcanzada la cima del Mulhacén (punto 7), podremos disfrutar de las maravillosas vistas que nos ofrece en todas direcciones. Bajo nuestro pies, la impresionante cara norte. Al oeste, el Cerro de Los Machos, el Picacho del Veleta y, al fondo, el Cerro del Caballo. Hacia el noreste, la Alcazaba, muy próxima. Al sureste, la Sierra de Gádor, los invernaderos del Campo de Dalías, y el Cabo de Gata. Y hacia el sur, el Mar Mediterráneo y, en días claros, incluso las costas de África.
En el entorno de la cima del Mulhacén encontraremos numerosos restos de contrucciones (posiciones militares de la guerra civil, una ermita…), las cuales nos pueden servir para resguardarnos del viento en caso de que este se haga notar.
Tras dejar atrás la cima del Mulhacén, y siempre que las condiciones de la montaña sean favorables (no haya ni hielo, ni peligro de aludes), el descenso hacia Siete Lagunas puede realizarse por la vertiente este del pico, a través de la denominada Cañada del Borreguil. De no resultar recomendable esta opción, seguiremos el camino habitual, el cual discurre sobre la Loma del Resuello llevándonos hasta la Laguna Hondera (punto 8), donde podríamos comenzar a ver agua en lugar de nieve.
Desde la Laguna Hondera bajaremos a través de Chorreras Negras, las cuales podrían encontrarse total o parcialmente cubiertas de nieve, siguiendo la vaguada a través de la cual discurre el Río Culo de Perro. Si la nieve ha desaparecido ya, nuestro caminar se desarrollará a través del sendero que constituye la subida habitual a Siete Lagunas desde Trevélez.
En un momento dado, cruzaremos el Río Culo de Perro junto a un dique de hormigón en mal estado (punto 9), conduciéndonos el trazado del sendero hacia La Campiñuela, lugar donde encontraremos un pequeño refugio de pastores rehabilitado por el parque (punto 10).
Tras dejar atrás el Refugio de la Campiñuela, atravesaremos la Acequia del Mingo y continuaremos por el sendero señalizado, el cual nos adentrará en un pinar compuesto por ejemplares de escaso porte. Tras zigzaguear a través del pinar, saldremos al paso de la Acequia Gorda (punto 11), junto a la cual continuaremos andando durante un tiempo. Pronto comenzaremos a bajar de nuevo siguiendo un camino de herradura. Pasaremos junto a numerosos campos de cultivo y varios cortijos, y, tras una media hora, la cual se nos hará interminable debido al cansancio acumulado y a la inmediatez del final, llegaremos a Trevélez (punto 12), pueblo alpujarreño en el que culmina nuestra travesía.