DÍA 1: HOYA DE LA MORA – LAGUNA DE LA MOSCA
Partimos desde la Hoya de la Mora (punto 0), donde habremos dejado aparcado nuestro vehículo, y, tras pasar frente al Refugio Militar Capitán Cobo, abandonaremos la carretera (traspasando el vallado situado en su margen izquierdo) y seguiremos el cómodo sendero que nos adentra en el Barranco de San Juan. Arriba, a nuestra derecha, quedará el observatorio astronómico conocido como el Mojón del Trigo, mientras que abajo, a nuestra izquierda, en el paraje conocido como los Campos de Otero, divisaremos el Albergue de San Francisco, con su característica cubierta de color rojo. Los Llanos de Campo de Otero, hoy conocidos como los Campos de Otero, fueron el escenario en el que los pioneros del esquí comenzaron a practicar éste deporte en Sierra Nevada, allá por los años 20 del siglo pasado.
A medida que avancemos nos iremos aproximando al Arroyo de San Juan (punto 1), el cual vadearemos para continuar nuestro ascenso por el lado opuesto del mismo.
Cuando nos encontremos en la cabecera del Barranco de San Juan, allí donde predominan los borreguiles, comenzaremos a remontar su ladera izquierda (en el sentido de la marcha) siguiendo los hitos que jalonan el sendero, en ocasiones muy difuso. Al llegar arriba nos encontraremos sobre los Tajos del Campanario, abrupto precipicio que se asoma al Barranco del Río Guarnón. Desde éste punto divisaremos la cabecera del barranco, un circo glaciar conocido como el Corral del Veleta, así como las imponentes caras norte del Veleta y del Cerro de Los Machos.
Estando sobre los Tajos del Campanario, un hito nos marcará el inicio del Veredón Inferior (punto 2), una vira que, en descenso, y con cierta exposición, nos permitirá recorrer los tajos en diagonal y nos depositará sobre las Trancadas del Guarnón (punto 3). En este lugar formidable, amplio, estando rodeado de abruptos tajos, y donde predominan los borreguiles y el agua de numerosos arroyos, pararemos un rato a descansar.
Durante el descanso podremos adivinar el trazado del sendero que, a media ladera primero, y en zig-zag después, remonta la ladera opuesta del valle, la de la Loma del Lanchar. Tras el descanso iremos en busca de dicho sendero, el cual seguiremos hasta llegar al Collado de Veta Grande (punto 4).
El Collado de Veta Grande se sitúa sobre la Loma del Lanchar y debe su nombre a la explotación minera de hierro y cobre que antaño hubo allí. Desde éste collado ganamos vistas hacia el Valle del Río Valdeinfierno, en cuya cabecera nos adentraremos siguiendo el sendero que discurre a media ladera bajo la abrupta cara este del Cerro de Los Machos. Pasaremos por el Lagunillo Bajo de Valdeinfierno (punto 5) y, más adelante, por el Lagunillo de La Gabata y Laguna Larga (punto 6).
Tras rebasar el Espolón del Puntal de La Caldera, atravesaremos la cara norte del mismo. En este punto podríamos encontrar un gran ventisquero, el cual nos obligará a descender un poco si queremos franquearlo sin pisar nieve.
Una vez sobrepasada la cara norte del Puntal de la Caldera, tendremos que remontar la pendiente que nos conduce hasta un pequeño collado situado junto al pico Juego de Bolos. Desde éste collado gozaremos de una vista impresionante de la cara norte del Mulhacén, la cual se nos mostrará alta, cercana, plena de espolones, vasares, gendarmes y corredores fruto de la erosión. Muestra de la erosión a la que está sometido el Mulhacén son los canchales de rocas que, a modo de conos de deyección, se sitúan en la base de su cara norte.
Nos encontramos en los dominios del Mulhacén, techo de la península ibérica, y será en las inmediaciones de la Laguna de la Mosca (punto 7), situada bajo la cara norte de éste gigante, donde encontraremos acomodo para pasar nuestra primera noche.
Algo que debemos tener muy en cuenta durante la travesía, además de la prohibición de acampar sobre el borreguil, es que el baño, la higiene personal y el lavado de enseres en las lagunas de Sierra Nevada están también expresamente prohibidos.
DÍA 2: LAGUNA DE LA MOSCA – LAGUNA HONDERA
El segundo día partiremos desde la Laguna de la Mosca (punto 7) en dirección al Gran Vasar de la Alcazaba. Para ello, debemos subirnos al escalón rocoso que flanquea el extremo sureste de la laguna, y, una vez sobre el mismo, seguir los hitos que nos conducirán hasta el comienzo del vasar (punto 8). El Gran Vasar es una cornisa que atraviesa las caras oeste y norte de la Alcazaba.
A medio camino en nuestro discurrir por el vasar atravesaremos el Espolón de la Alcazaba (punto 9), el cual hace las veces de charnela entre ambas caras.
Una vez introducidos en la cara norte de la Alcazaba es muy posible que existan ventisqueros sobre el vasar. Es probable que dichos ventisqueros puedan superarse a través de las rimayas que se generan entre la pared y el propio ventisquero (como consecuencia del deshielo), pero podría darse la circunstancia de que nos viésemos obligados a pisar nieve, lo que haría necesario usar crampones y piolet. Por todo ello, resulta preciso informarse previamente de las condiciones que presenta el vasar (haciendo uso de las fuentes de conocimiento y de los foros recomendados) con el objeto de dotarnos del material necesario o de no recorrerlo.
Al salir del Gran Vasar nos encontraremos en el Collado del Goterón (punto 10), el cual se sitúa sobre el cordal principal de la sierra. Desde aquí seguiremos la cuerda hasta situarnos bajo el Puntal del Goterón (punto 11), lugar en el que comenzaremos a recorrer los Tajos del Goterón permaneciendo pegados a la base de los mismos. Este es uno de los lugares menos frecuentados de Sierra Nevada, encontrándose lo suficientemente alejado como para que llegar a él se convierta en una empresa muy exigente o de varios días. En este lugar magnífico el agua de deshielo cae formando cortinas de agua bajo las cuales pasaremos.
Para salir de los Tajos del Goterón emplearemos la estrecha cornisa que se sitúa al final de los mismos (punto 13). Traspasada dicha cornisa, la pared por la que discurrimos pierde inclinación, convirtiéndose en ladera. Continuaremos por esta ladera unos 450 metros, en ligero y diagonal ascenso, buscando el Paso de la Z. El paso comienza superando el escalón rocoso que se sitúa frente a nosotros (punto 14). Una vez superado dicho escalón, llegaremos a una zona de grandes bloques y comenzaremos a subir de cara a la pendiente, muy pronunciada aquí, buscando la forma más evidente de superar el muro que remata superiormente la ladera. Superada esta última dificultad, habremos llegado a la Cañada de los Borregos (punto 15).
Una vez situados sobre la Cañada de los Borregos tendremos que ganar altura a través del flanco derecho de este gran valle colgado hasta alcanzar la cima de la Alcazaba, con 3.369 msnm. (punto 16). Ésta emblemática cumbre nos ofrece vistas en todas direcciones, pudiéndose contemplar desde ella casi todos los tresmiles de Sierra Nevada.
Tras disfrutar de las grandiosas vistas que esta cumbre nos ofrece, descenderemos hacia el sur, buscando el collado situado entre el Puntal de la Cornisa y los Tajos Coloraos. Dicho collado da acceso al Colaero (punto 17), paso que nos permite descender de forma algo abrupta a la Cañada de Siete Lagunas. Recorreremos éste maravilloso paraje pasando junto a la mayoría de las lagunas que lo componen (que son 9, no 7, en época de deshielo), hasta llegar a la más baja de todas ellas y que por ello recibe el nombre de Hondera (punto 18). Junto a la Laguna Hondera pasaremos nuestra segunda noche.
DÍA 3: LAGUNA HONDERA – LAGUNA DE AGUAS VERDES
Si somos madrugadores, ver amanecer desde la Laguna Hondera (punto 18), situada a 2.900 m. de altura, es todo un espectáculo para los sentidos. Una vez recogidos nuestros bártulos, comenzaremos la jornada cogiendo el sendero que parte desde la laguna hacia el sur, y que, tras una subida zigzagueante, nos deposita sobre la Cuerda del Resuello. Una vez situados sobre esta loma, comenzaremos a remontarla. Transcurridos unos metros nuestro sendero se bifurca, conduciendo hacia la izquierda hasta el Alto del Chorrillo. Obviamos dicho desvío y continuamos remontando la loma hasta llegar a la cumbre del Mulhacén después de aproximadamente 1 hora y 45 minutos de ascenso.
La cumbre del Mulhacén (punto 19), con 3.478 msnm., está siempre muy frecuentada en verano. Será este el día de nuestra travesía en el que más personas nos encontraremos.
Desde el vértice geodésico del Mulhacén nos podemos asomar a la cara norte de este gigante, pudiendo divisar la Laguna de la Mosca muy abajo y, a la vez, muy próxima, lo cual constituye una visión vertiginosa. El valle del Río Genil se abre a nuestros pies.
Hollado el techo de la península, volvemos sobre nuestros pasos para, al poco, comenzar a descender a través de su cara oeste. A media bajada seguiremos la traza del sendero que más nos aproxima al Collado del Mulhacén o del Ciervo, al que podremos acercarnos para gozar de una última panorámica de la cara norte del Mulhacén y de la Laguna de la Mosca. Una vez hayamos disfrutado de dicha visión, continuaremos descendiendo en dirección al Refugio-vivac de La Caldera (punto 20), situado junto a la laguna de la que recibe el nombre (punto 21).
A continuación seguiremos el sendero que parte desde el refugio y que, a media ladera, y en ascenso, recorre la profunda cubeta de la Laguna de La Caldera hasta depositarnos sobre Loma Pelá (punto 22). Saliendo de la cubeta podríamos encontrar un ventisquero a modo de cornisa que nos obligue a extremar las precauciones (en caso de no contar con el material y la experiencia suficientes, recomendamos renunciar a seguir éste camino y optar por coger el carril que, partiendo desde el Refugio-vivac La Caldera, permite rodear Loma Pelá pasando por el Refugio-vivac Villa Vientos).
Una vez sobrepasada Loma Pelá nos encontraremos en los dominios de Río Seco, por cuya cabecera (de nuevo, un circo glaciar), discurre el trazado remanente de la que fue la carretera que unía Granada capital con la Alpujarra. Nos incorporaremos a dicho trazado, constituyendo el mismo un sendero cómodo y ancho hoy día. Abajo, a nuestra izquierda, veremos la Laguna de Río Seco (punto 23), laguna junto a la cual se localizaba el Refugio Félix Méndez, refugio guardado que vino a ser sustituido en 1997 por el Refugio Poqueira (situado más abajo, próximo al Río Mulhacén). Sobre la laguna veremos los Raspones de Río Seco, con su dentado perfil.
Tras atravesar la Puerta (excavación en la roca que facilitaba el paso de la antigua carretera), llegaremos al Collado del Lobo, desde el cual nos asomaremos a la cara este del Cerro de Los Machos y al Valle del Río Valdeinfierno. Continuaremos por el sendero y, tras superar el conocido como Paso de Los Machos (ojo con este paso, pues es expuesto cuando conserva nieve), tendremos la posibilidad de coger el sendero (punto 24) que asciende al Cerro de Los Machos, disfrutar de las vistas que de la cara norte y del Corral del Veleta nos ofrece su cima (punto 25) y regresar por el mismo lugar hasta reincorporarnos a nuestro camino original (punto 24).
A partir de aquí nos quedará poco para completar la jornada. Ya notamos la presencia del Veleta, cuya abrupta cara sur es la que ahora nos ofrece. Siguiendo nuestro camino llegaremos al Lagunillo del Veleta (punto 26). En este punto debemos abandonar el trazado de la antigua carretera y bajar hasta la Laguna de Aguas Verdes (punto 27), laguna que se sitúa en los Vasares del Veleta y sobre el valle glaciar por el que discurre el río homónimo. Junto a esta preciosa laguna pasaremos nuestra tercera noche.
DÍA 4: LAGUNA DE AGUAS VERDES-LAGUNA DEL CABALLO
El cuarto día de nuestra travesía partimos desde la Laguna de Aguas Verdes (punto 27), deshaciendo parte del camino seguido el día previo, para incorporarnos de nuevo al antiguo trazado de la carretera que comunicaba Granada capital con la Alpujarra.
Una vez situados sobre dicho trazado, lo seguiremos (abandonándolo en un par de ocasiones para continuar por sendero la subida) hasta llegar al Refugio-vivac de la Carihuela (punto 28), refugio que se sitúa junto al collado del que recibe ese nombre.
Desde este refugio, pudiendo ocultar el equipaje en su entorno, y recogerlo a la vuelta, optamos por subir ligeros hasta la cima del Veleta, con 3.398 msnm. (punto 29).
Tras hollar la tercera cima en altura de la Península Ibérica (detrás del Mulhacén y del Aneto), volveremos sobre nuestros pasos, recogeremos nuestras mochilas (previamente ocultadas en el entorno del Refugio-vivac La Carihuela, punto 28) y, tras rodear el Puntal de Loma Púa por la derecha, llegaremos a un collado desde el que iniciaremos el cresteo que supone atravesar los Tajos de la Virgen siguiendo fielmente la cuerda principal de la sierra. Si quisiéramos evitar el tramo complicado que existe en esta travesía (paso expuesto y trepada de grado II), cogeremos el sendero que sale a la izquierda desde el mencionado collado. Dicho sendero, un tanto difuso, aunque jalonado con hitos, recorre la vertiente sur de los Tajos de la Virgen a media ladera, y, aunque requiere del uso de las manos en su tramo final, nos permitirá regresar a la cuerda una vez superados los tajos sin haber afrontado grandes dificultades.
Una vez superados los Tajos de la Virgen (punto 30), continuaremos progresando por la cuerda, ahora sin dificultad alguna, hasta llegar a la base del Fraile de Capileira. Tras pasar junto a este esbelto gendarme de roca, afrontaremos un nuevo cresteo al atravesar los Tajos del Nevero (punto 31). El paso a través de estos tajos está marcado con hitos y no reviste dificultad alguna, salvo la que se deriva de encontrar el camino correcto a través de un completo caos de rocas.
Tras salir de los Tajos del Nevero, continuaremos caminando sobre la cuerda. Pronto pasaremos junto a un pluviómetro, y, al poco, junto a un aljibe. El aljibe nos indica que nos encontramos justo encima del Refugio Elorrieta (punto 32). Este antiguo refugio forestal cuenta con una parte excavada en la roca que lo convierte en único y que merece la pena visitar. El pobre estado que presenta la cubierta de la parte edificada la hace inhabitable cuando llueve, pues presenta numerosas goteras y el interior de la misma llega a encharcarse completamente.
Nos encontramos en el extremo superior del Valle de Lanjarón, el cual se abre ahora bajo nuestros pies. Los senderos de arriería que recorren este valle culminan todos en el Refugio Elorrieta, y, como éste, y el resto de refugios que jalonan la parte superior del valle, fueron construidos a comienzos de los años 30 del siglo pasado como parte de los planes de reforestación emprendidos entonces aquí.
El sendero que seguiremos una vez dejado atrás el Refugio Elorrieta, ya introducidos en el Valle de Lanjarón, se denomina Verea Cortá. Este camino cuenta con un recorrido que es, sin duda, de los más espectaculares de la sierra, pues discurre por los vasares, y atraviesa los tajos, de la vertiente septentrional del Valle de Lanjarón, permitiendo disfrutar de todas las lagunas, lagunillos y charcas que allí existen.
Nada más comenzar a descender desde el Refugio Elorrieta divisaremos abajo, a nuestra derecha, el Lagunillo y la Laguna de Lanjarón (punto 33). Tras vadear el Río Lanjarón, ya sobre Verea Cortá, nos toparemos con el Lagunillo de Charca Pala (punto 34). Continuando por la vereda pasaremos junto a cuatro charcas de carácter efímero conocidas como Charcas de Tajos Altos (punto 35), y, más adelante, sobre un pequeño rellano, encontraremos la Laguna de Tajos Altos (punto 36), situada justo bajo la cumbre de la que recibe el nombre.
Lagunillo y Laguna de Lanjarón (punto 33)
Laguna de Tajos Altos (punto 36)
Pasada la Laguna de Tajos Altos, la pendiente de nuestra media ladera aumenta hasta convertirse en tajo. Es aquí donde se encuentra el paso al que Verea Cortá debe el nombre. Se trata de una estrecha canal donde el sendero desaparece y que es preciso atravesar con la ayuda de una cadena dispuesta a modo de pasamanos. No se trata en absoluto de un paso difícil.
Traspasado este punto, Verea Cortá vuelve a convertirse en sendero y, al poco, nos sitúa en Laguna Cuadrada (punto 37). Pareciera que la vereda hubiera servido para regular las aguas altas de esta laguna (a modo de dique), disponiendo para ello de un aliviadero.
Tras afrontar un serpenteante descenso y recorrer longitudinalmente varios vasares, comenzaremos a presentir inminente el final de nuestro día. Veremos muy próxima la Laguna de Nájera (punto 38), la cual se sitúa por debajo de la vereda, y, al poco, habremos llegado a la Laguna del Caballo (punto 39), localizada en una cubeta glaciar sobre cuya morrena se sitúa el Refugio-Vivac del Caballo (punto 40).
DÍA 5: LAGUNA DEL CABALLO – HOYA DE LA MORA
El quinto y último día de nuestra travesía partiremos desde la Laguna del Caballo (punto 39) y, tras recorrer a media ladera las vertientes este y sur del Cerro del Caballo, llegaremos hasta el lugar en el que se ubican los restos del inacabado Refugio de Lanjarón (punto 41). A partir de entonces, dejaremos el sendero que nos ha conducido hasta allí (y que nos llevaría valle abajo), y giraremos a la derecha para comenzar a remontar la loma buscando la forma cómoda de subir hasta el vértice geodésico que corona la cima del Cerro del Caballo (punto 42).
Desde el Cerro del Caballo, con 3.011 msnm., el tresmil más occidental del macizo, podremos contemplar la mejor vista del Alto Valle de Lanjarón. Inmediatamente por debajo nuestra veremos la Laguna y el Refugio del Caballo, pudiendo distinguirse perfectamente la canal excavada en la morrena de la cubeta glaciar y cuyo objeto fue el de desaguar la laguna con fines agrícolas en una época de intensa sequía (a finales de los años 70 del siglo XIX). Por fortuna, dicha empresa quedó pronto paralizada. Hoy día, en el ámbito científico, se estudia la posibilidad de restaurar la morrena y recuperar el nivel de agua de la laguna primitiva, aunque se trata de una tarea sumamente costosa.
Bajaremos de la cima del Cerro del Caballo en dirección al collado por el que se accede a la Laguna y al Refugio-vivac del Caballo si la aproximación se hace desde la vertiente septentrional de la sierra. Una vez situados en dicho collado, comenzaremos a recorrer el sendero que discurre sobre la cuerda que delimita el Valle de Lanjarón por el norte. En nuestro progresar a través de dicha cuerda, denominada Cuerda Alta, podremos hollar dos tresmiles: Tajos Altos, con 3.111 msnm. (punto 43) y el Tozal del Cartujo, con 3.152 msnm. (punto 44).
Cuerda Alta finaliza a los pies del Refugio Elorrieta (punto 32), lugar en el que distinguiremos las hiladas de piedras que constituyen el perímetro cuadrangular de lo que fue un pretendido jardín botánico. Una vez incorporada nuestra marcha a la Vereda de Elorrieta, sendero por el que se accede al refugio desde los Lagunillos de la Virgen, comenzaremos a bajar por ella introducidos ya de lleno en la cabecera del Valle del Río Dílar. A medida que bajemos iremos dejando la vertiente norte de los Tajos del Nevero a nuestra derecha. Abajo, a nuestra izquierda, divisaremos los Lagunillos de la Ermita, y, al poco, llegaremos a los Lagunillos de la Virgen (punto 45), situados bajo los tajos del mismo nombre. A partir de éste momento entraremos en los dominios de la estación de esquí de Sierra Nevada.
Pasaremos a continuación junto al Embalse de las Yeguas (punto 46), antigua laguna natural que en 1976 fue desgraciadamente represada. El paraje de la Laguna de las Yeguas fue el lugar elegido por los primeros excursionistas de Sierra Nevada (a finales del siglo XIX y comienzos del XX) para establecer sus campamentos de altura y acometer desde allí sus incursiones en la alta montaña. Por aquel entonces se accedía a la sierra haciendo uso de caballerías, siguiendo el antiguo Camino de Los Neveros desde Granada capital.
Tras abandonar el Embalse de las Yeguas, avanzaremos por el carril que desde ella parte y, una vez sobrepasado el Collado de la Laguna, atravesaremos Borreguiles (punto 47). Pasado Borreguiles, seguiremos el sendero que desemboca en el carril asfaltado que comunica la estación de esquí (zona de Borreguiles) con la Hoya de la Mora. Dicho carril desemboca a su vez en la antigua carretera que comunicaba Granada capital con la Alpujarra, hoy día restringida al tráfico. Aunque la carretera serpentea sobre la Loma del Veleta, la abandonaremos varias veces siguiendo los tramos de sendero y de carril que permiten acortar el recorrido y, al poco, habremos llegado a la Hoya de la Mora (punto 0), punto inicial y final de nuestra larga travesía circular a través de la alta montaña nevadense.